Quién mejor que el niño para salvaguardar la tradición de generación en generación..
Desde sus primeros meses de vida, el niño recibe canciones de cuna. Se convierte pues en depositor, portador, y después trasmisor de folklores. Dicho de otro modo, se convierte en la esperanza de los abuelos por proteger una multitud de hechos muy significativos que determinan en gran medida las raíces de una cultura.
Palmas palmitas, cinco lobitos…son canciones cuya función principal es la de divertir y entretener al niño en sus primeros meses de vida. Años más tarde, el infante conocerá juegos más acordes a su edad: el juego de “el rey” para ellos y el de “las mamás” para ellas, o el de “el pilla pilla” para ambos sexos. Ya hacia la adolescencia, el folklore infantil trae juegos para que el niño pierda la timidez y se acerque más al sexo contrario. Es el caso de las canciones de corro como “el conejo de la suerte” o el juego “beso, atrevimiento o verdad”
Para aquellos que deseen ampliar esta información, remítanse a la siguiente web:
http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.cfm?id=605
domingo, 11 de enero de 2009
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