domingo, 11 de enero de 2009

FOLKLORE EN EL AULA


Si la escuela es el lugar donde el niño debe aprender a conocerse a sí mismo y a su entorno, es el mejor lugar donde se le puede enseñar a revalorizar las manifestaciones folklóricas de nuestros antepasados, un tesoro que muchas veces puede suponer la iniciación del niño en la literatura a través de romances, cuentos tradicionales, leyendas locales, nanas.. Dichas manifestaciones folklóricas pueden enseñarse desde varias perspectivas. Para resolver dificultades de expresión oral a través de la repetición de trabalenguas o ejercicios de elocución de romances; y para resolver dificultades de expresión escrita a través del estudio de estructuras sintácticas.
Pero no sólo en la escuela es importante el folklore para el niño, pues desde muy pequeños, éste absorbe conocimiento. Un ejemplo de ello son las retahílas que ayudan a conocer los números (“Cuantas patas tiene un gato: uno, dos, tres y cuatro”), o la canción de corro “Antón pirulero”, un excelente juego de psicomotricidad que como requiere movimiento supone también un ejercicio de atención continuada.

El niño se impregna pues, desde el principio, de folklore pero también es necesaria su continuidad en el aula. En la siguiente página web puede encontrar distintos ejercicios referentes al folklore.

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